Estaba viendo Solaris comentada por el director y por James Cameron cuando ha entrado una chica a la que esta misma mañana había echado de menos porque hacía semanas que no venía y antes se alquilaba pelis casi todos los días. Es una chica que me cae muy bien porque es rubia y siempre viste con ropas de colores, además creo que tiene los ojos azules, y una vez se atrevió a confesarme que cuando va a devolver una peli con retraso espera a que esté yo en el mostrador porque el jefe la intimida. La he notado un poco cambiada, aunque no sabría decir en qué había cambiado, se ha llevado Diarios de motocicleta que, aunque no lo he comprobado en el ordenador, estoy casi seguro que ya se la había alquilado antes. Y ese detalle me ha hecho sospechar que la chica rubia que viste ropas de colores no era en realidad la chica rubia que viste con ropas de colores que yo conocía, sino una suerte de alienígena que ha tomado su forma y que trata de suplantarla -como los alienígenas que salían en la peli Solaris que estaba viendo en ese preciso instante-. Luego cuando se ha marchado he seguido sospechando, y he sospechado que tal vez yo no era el chico del video que me pensaba, sino un impostor alienígena que trata de suplantarlo. Mañana cuando vaya al vídeo lo primero que haré sera cerciorarme en el ordenador de que la chica rubia que viste con ropas de colores ya se había alquilado Diarios de motocicleta con anterioridad, y si es así, me entregaré a las autoridades para que me encierren en una jaula y hagan experimentos conmigo, y me extraigan sangre verde y la introduzcan en botecitos de plástico, y para que analicen mis tejidos y todos mis organos extraterrestres, y confío en que cuando los científicos se cansen de enredar con mis bisceras me cortaran en millones de cachitos cada vez más y más pequeños.
