D.N.I
Hay clientes en mi videoclub que se sienten orgullosos de saberse el D.N.I de memoria, aunque no se lo pida ellos lo recitan con altivez y con un soniquete infantiloide, y cuando terminan de recitarlo se les queda un gesto de satisfacción como diciendo: "Toma ya". Yo cometí la imprudencia de memorizar el mío a los doce, y ahora aunque me he empeñado tres o cuatro veces, no he conseguido olvidarlo. Algo sordido se esconde tras tanto número absurdo, - además es un gasto de memoria innecesario, y yo ando más bien justito-. Pero bueno todavía confío en olvidar ni número de D.N.I en un futuró próximo -de momento lo pierdo en cualquier sitio que ya es un principio-, y sé que acabaré consiguiéndolo porque por ejemplo la tabla del siete, me pongo a canturrearla y... me atasco en el cuatro, y te juro que una vez la supe de carrerilla.
1 comentario
Ricardo -